TAXI MAN, EL REY DE LA CARRETERA
La diferencia es que los Taxis de Ouagadougou a parte tienen su propia personalidad. Son coches muy pequeños, de color verde y hechos polvo. Tan hechos polvo que a penas confías en llegar al destino.
Hay diferentes modelos;
Los que te subes y la puerta por mucho que intentes cerrarla no cierra bien. El Taxi Man, acostumbrado, se gira sonriendo y te dice; FORT FORT… Y tu piensas; Más FORT IMPOSIBLE. Acabas pegándole un portazo a su Taxi que realmente no es de gran ayuda. Pero es lo que hay. O eso o nada.
Una vez consigues entrar hace tanto calor que necesitas abrir la ventana para que entre un poco de aire. En ese momento vas a hacerlo y te das cuenta que no hay manilla. Ostras, ¿donde está?. Con este calor es difícil continuar, piensas. Entonces le preguntas al conductor y te vuelve a decir; Ahhh no hay problema, ¡toma!. Y te da la manilla suelta para que la encajes en el agujero que hay en la puerta y así puedas abrir la ventana. Sin problema vamos.
Ya has conseguido entrar, sentarte, cerrar la puerta y abrir la ventana para respirar. Genial.
Pues de repente empiezan a entrar personas dentro. Ya que cuantos más mejor, más se amortiza el trayecto. Antes de que suban, bajas para ver como es mejor colocarse. Entonces entra uno, otro y otro. Hasta que tu decides entrar la última para quedarte al menos cerca de la ventana. He llegado a ir en un Taxi; 4 personas más 2 bebés detrás. ¿Y delante? Pues 2 más. A parte del conductor claro. Total, 9 en un Taxi. Ah, ¿y en el maletero?. Depende del día; desde una moto, dos cabras, bicis etc. De todo y más. Eso sí, sobresale media moto del maletero pero nunca pasa nada. Todo Controlado.
En esos momentos cuando estas allí medio encajado y apretujado, solo piensas; Por favor que abran la otra ventana para que corra el aire. Hace un calor tan impresionante que no puedes moverte. Solo esperas llegar para bajarte.
Cuando llegas al destino y tienes que bajar, es otra aventura. El Taxi esta tan lleno que al abrir la puerta si no apoyas rápido el pie puedes salir disparado como el tapón de una botella de cava. Ya que entre la presión de todos los cuerpos y que casi vas encima del compañero de al lado has de vigilar no caerte.
Otras veces, tienes más suerte y consigues estar en el Taxi tu solo. Pero, va tan lento que no es normal. Si en esos momentos tienes prisa, no tienes nada que hacer. Tan lento que le acabas preguntando; ¿Le pasa algo al taxi? Y como siempre, con una sonrisa de oreja a oreja te contesta; No hay mucha Gasolina.
Después están las paradas de Taxis en el centro de la ciudad. Al estar tanto rato parados, antes de subir te piden si puedes empujar para que puedan arrancar bien. Una vez lo consiguen van unos metros hacia adelante y ya piensas que no van a volver. Pues, cuando su motor ya esta a punto, el Taxi Man tira hacia atrás y contento de tener un cliente, te dice; ¿Donde te llevo?.
Sinceramente coger un Taxi aquí es ¡toda una aventura!
Etiquetas: taxi, transporte publico
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