«MI AMIGO EL TOILETTE»
Si pudiera evitar visitar algo en Burkina sería; EL TOILETTE. Siempre que entro en uno, pienso; LA ÚLTIMA VEZ. Pero nunca cumplo mi promesa.
Si vives aquí acabas visitándolos ya que en la calle es difícil ver a un europeo haciendo pipí. Cantaría demasiado.
Hay una actitud muy importante que se debe tomar antes de querer ir al TOILETTE; Mentalizarse y cargarse de decisión. Crecerse, vamos!. Como en Barcelona, el que se levanta decidido de la mesa y muy natural dice; Un momento, ahora vuelvo, voy al lavabo. Pues igual, una vez tomada la decisión, se trata de no volver atrás. En Ouagadougou he visto a muchas personas que su principal objetivo era hacer pipí urgentemente. Pero al llegar a la puerta del TOILETTE, sus caras han cambiado de tal manera que su objetivo ha pasado a ser, algo impensable.
Cada TOILETTE es un mundo a parte. Tienen particularidades que mejor no conocer en primera persona. A no ser que sea por mucha necesidad.
Algunos, sobre todo en las estaciones de autobús, están tan inundados de pipí que tienes que hacer piruetas para desabrocharte el botón, taparte a la vez la nariz y ponerte en acción. Otros son más naturales por estar en el campo pero más de una vez me han aparecido amigas cucarachas del agujero de la letrina. Hay trucos, que mejor no dar detalles, para mandar la cucaracha otra vez abajo!. Hay otros que tienen detalles que no estan mal; Una taza de bater simulando un WC pero sin poder tirar de la cadena. La taza suele colocarse como elemento decorativo para que te sientas más acogido, como en casa. Después está el detalle de la garrafa llena de agua a un lado, para que te limpies cuando acabes de hacer tus necesidades.
Mi mayor miedo al entrar en un TOILETTE es imaginar que se rompe el suelo construido a base de tierra y cemento, y caer en el agujero lleno de; miles de gusanos, cucarachas etc.
La peor experiencia que tuve, fue una noche que me quede encerrada en un TOILETTE. Medía medio metro cuadrado. Al cerrar la puerta oxidada de hierro no me di cuenta que no habían pomos ni nada, así que, después de hacer lo que sea, sin luz, que a penas sabía si estaba apuntando bien al agujero, quise salir. Y por mucho que empujara la puerta, era imposible. Uf, suerte que había un pequeño agujero en la puerta, el agujero del pomo !!!. Pude ver a un niño pasar que vendía clinex. Le grité para que me rescatara de ese zulo. El niño extrañado de que un TOILETTE de repente le hablara, se acercó y puso el ojo en el agujero. Me vio acojonada y empezó a reírse!. Hombre, era gracioso pero después de un rato de risas pensé; Sácame de aquí por favoooooor. En seguida pidió ayuda y me abrieron la puerta a base de golpes.
A pesar de todo, de vez en cuando sigo visitando a MI AMIGO EL TOILETTE.
EN UN RESTAURANTE
Y el más solicitado, como no, el de mujeres. ¿Queréis entrar?, la puerta está abierta!
Etiquetas: letrina
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